¿En qué consiste el rejuvenecimiento facial no quirúrgico?

Los rejuvenecimientos faciales que no necesitan intervención quirúrgica son tratamientos convencionales que contribuyen a conseguir un rostro más firme y terso. Estos procedimientos representan una fantástica alternativa a las técnicas quirúrgicas, que son más invasivas. Existen múltiples opciones de tratamiento desarrolladas por expertos con Maestría en Antiaging que se adecuan a las necesidades del paciente y a los aspectos que hay que solucionar.

En la actualidad, los tratamientos de rejuvenecimiento facial no quirúrgico son las opciones más demandadas por los pacientes. Por ello, es fundamental que conozcas los procedimientos que se han convertido en tendencia estos últimos años, así como los beneficios y posibles riesgos que presenta cada uno.

Inyecciones antiarrugas
Las inyecciones antiarrugas son una elección popular en estos tratamientos no quirúrgicos, que se utilizan para reducir la apariencia de las patas de gallo, las arrugas y las líneas de expresión. También conocidas como bótox, permiten mejorar el volumen del tejido, disminuyendo la aparición de líneas finas y arrugas más profundas.
Los rellenos dérmicos son otra buena opción que implica el uso de inyecciones de gel para incrementar el volumen de varias partes de la cara. Son comúnmente utilizados en la barbilla, los labios y las mejillas. Tanto el bótox como los rellenos dérmicos permiten hacer frente al envejecimiento y mejorar la definición del rostro.

Exfoliación química y rejuvenecimiento con láser
Estos tratamientos estéticos son también soluciones de rejuvenecimiento facial que no requieren cirugía para personas que tienen cicatrices o piel dañada por el sol. En el caso de los peelings químicos, se aplica una combinación de productos específicos en el rostro, lo que hace que se desprenda la capa superior de la piel. El especialista puede regular con facilidad la intensidad de las sustancias en base a los objetivos y al grado de deterioro de la piel.

El rejuvenecimiento con láser funciona de forma diferente, ya que se utilizan rayos de luz para vaporizar las capas superiores de la piel. Además de ayudar a eliminar las cicatrices y los daños causados por el sol, ambas alternativas de terapia facial no quirúrgica ayudan a reducir la aparición de líneas finas y arrugas.

Dermoabrasión

Consiste en un pequeño dispositivo con una punta abrasiva que se mueve a través de la superficie de la piel con una suave presión, eliminando las capas superficiales de la piel para hacerla más saludable y brillante. Este procedimiento se utiliza para revitalizar la piel con aspecto cansado o apagado. Una vez más, aunque este tratamiento es más apropiado para la piel apagada y cansada, puede ayudar con las cicatrices, las líneas finas y las arrugas.

Factores de crecimiento de la piel
Los factores de crecimiento son polipéptidos o proteínas que desempeñan un papel fundamental en la regulación de los procesos fisiológicos. Estos factores son producidos y secretados por células de la piel como los fibroblastos, los queratinocitos y los melanocitos.

Los factores de crecimiento en el cuidado de la piel se han derivado de diversas aplicaciones, como la terapia con células madre y el plasma rico en plaquetas (PRP). Sin embargo, ahora también existen mecanismos menos invasivos para generar factores de crecimiento de forma natural. Así, los sueros e hidratantes pueden ayudar a mantener una salud óptima de la piel.

Resultados de estudios clínicos demuestran un aumento significativo de la producción de nuevo colágeno tras la aplicación tópica de mezclas de factores de crecimiento fisiológicamente equilibradas.

Riesgos y complicaciones del rejuvenecimiento facial no quirúrgico

Dado que los procedimientos de rejuvenecimiento facial no quirúrgico mencionadas anteriormente son muy diferentes, los riesgos y las complicaciones también difieren considerablemente. Sin embargo, hay algunos efectos secundarios comunes que los pacientes pueden experimentar.

Es de esperar que se produzcan enrojecimientos e hinchazones con la mayoría de los tratamientos mencionados y que se tarde algún tiempo en ver los resultados finales después del procedimiento. Entre los efectos secundarios menos comunes se encuentran los hematomas, las infecciones, las erupciones, los picores, las hemorragias y la hiperpigmentación. Cualquier efecto secundario debe consultarse inmediatamente con el cirujano.

Conclusión
Los rejuvenecimientos faciales no quirúrgicos son una opción fantástica para aquellas personas que no quieren pasar por el quirófano, favoreciendo la recuperación de la firmeza y elasticidad de la piel, así como su función protectora. Además, se trata de un tipo de intervención que destaca por los escasos riesgos y complicaciones que suele presentar, por lo que se espera que en los próximos años se desarrollen nuevas técnicas que perfeccionen el resultado final y favorezcan la recuperación del paciente.