Medicina Estética ADEI

Desde épocas milenarias se han empleado técnicas que buscan el mantenimiento y promoción de la apariencia física con el fin de satisfacer las necesidades de cada individuo, partiendo de este concepto nace la medicina estética. Especialidad médica en la cual se utiliza un conjunto de recursos mínimamente invasivos para mejorar el bienestar en varios aspectos; uno de ellos es la imagen y el otro aún más importante, la salud.

Dado que es una especialidad relativamente nueva, que inclusive no se contempla como una especialidad definida en algunos países, este terreno se ha prestado para el crecimiento de médicos que con el aprendizaje de alguna manera informal, intentan realizar procedimientos que en muchas ocasiones ponen en riesgo la integridad del paciente, dejando a un lado todo el compromiso ético que atañe al médico y dejando la satisfacción del lucro económico en primer plano.

Es por eso, que a título personal, este ha sido uno de los motivos más importantes para que actualmente procedimientos de la especialidad sean motivo de titulares de noticias en diferentes medios de comunicación, ya que al tratarse de que algunas veces sean procedimientos que pueden ser lucrativos, se practiquen de forma inescrupulosa inclusive bajo manos de personal no calificado como médicos generales y esteticistas. Estos sucesos ponen a la medicina estética en un contexto donde inclusive profesionales calificados que la practican, formados bajo un riguroso programa de especialización, son sujetos desconfianza por parte de los pacientes.

Esta desconfianza social, generada por el ánimo de lucro, no permite forjar una adecuada relación médico – paciente, la cual es vital para llevar adelante un adecuado proceso de atención. Teniendo en cuenta esta problemática, se requiere, para de alguna manera solventar esta situación, de profesionales íntegros, con los más altos estándares académicos, que satisfagan las necesidades de los pacientes a cabalidad, sin dejar de lado los principios éticos y el “primun non cere”, que nos debe caracterizar como médicos, respetando la autonomía del paciente y la propia, cuando se determine que un paciente no se beneficiaría de un procedimiento ofrecido.

La medicina estética es un campo que crece progresivamente a un paso mayor o igual que otras especialidades y donde también se cuenta con soporte científico de la más alta evidencia pero que por el ánimo de lucro se desvía hacia el marketing y publicidad engañosa por la industria. Es ahí cuando el médico debe preservar sus valores éticos y apropiarse de su puesto como evaluador de las terapias que hay para ofertar, en cuanto eficacia y seguridad.

Dr. Miguel Ángel Aristizábal M.D.
Médico & Cirujano – Especialista en Medicina Estética
Universidad del Rosario